miércoles, 20 de abril de 2016

Historia e importancia de la señalización vial

Historia e importancia de la señalización vial
La necesidad de crear elementos que demarcaran las vías de tránsito, además de permitir que los viajeros identificaran el espacio y señalaran lugares de interés durante su viaje, hace surgir métodos de referenciar el terreno, indicar riesgos o advertencias y ubicar a caminantes y jinetes que recorrieran los caminos.

Gracias a esta necesidad surgen los hitos romanos, que consistían en columnas de piedra que guiaban o informaban a los viajeros, estableciendo un modelo muy primitivo de carretera en el mundo antiguo. Sin embargo, esta señalización permaneció durante muchos siglos sin mayores cambios, cumpliendo la única función de alertar sobre peligros o indicar sitios de interés o ciudades.

Sin embargo, ante la aparición del automóvil, en 1895, la señalización vial tuvo que ser radicalmente cambiada, dado que en poco tiempo el número de automotores que comenzaron a circular por las vías aumentaría rápidamente.

Sería a inicios del siglo XX cuando se comenzaría a publicar y mantener señales de tránsito permanentes y resistentes en todas las carreteras, que más allá de indicar sitios de interés, protegieran a los conductores. Ante esto el Automóvil Club Buffalo comenzó a poner una serie de señales de tráfico  por Nueva York, y serían seguidos por muchos otros estados de Norteamérica.

El Congreso Internacional de Tránsito Vial, celebrado en 1908 en la ciudad de París, estableció una norma global para las señales de tránsito de todos los países, de tal manera que cualquier persona pudiera entenderlas sin importar el lugar donde se encontrara, al tiempo que protegen a las personas que transiten a pie o en un vehículo por todas las rutas, al tiempo que se mejoraban las maneras de construcción de las vías, con asfalto y concreto, y la aparición de puentes, asegurados por las juntas de expansión y dilatación de caucho que soportan las cargas de este.

Esta unificación de señales y estándares de construcción se concretaría hasta 1949, promovido por la ONU. Sin embargo, esta normativa tomó rigor en Colombia hasta 1987. En el país la señalización, como en muchos lugares, llegó junto al automóvil. Sin embargo, el crecimiento de este fue más lento, y sería hasta los años 40 que se difundiría aún más. Las entidades de tránsito de la época adoptarían un diverso número de elementos para informar y proteger a los conductores, regulando su circulación.

Actualmente existen en el país tres tipos de señalización vertical; estas son las preventivas, que advierten los peligros o características de la vía, y suelen ser amarillas; las reglamentarias, de blanco y rojo, establecen las normas de la vía; y las informativas, de azul, que le brindan al conductor o transeúnte datos de interés sobre el lugar que recorre.

Por otro lado, están las señales horizontales, que están marcadas sobre la vía, similar a la demarcación de una cancha de piso antideslizante de EYM, e indican separaciones o cruces. Además, están los semáforos, los resaltos, conos viales y materiales reflectivos, que se encargan de delimitar la extensión del camino, reducir la velocidad de los vehículos, indicando riesgos e iluminando el camino durante las noches.

Actualmente en el país estos elementos de seguridad vial se han convertido en un elemento cotidiano presente en calles, parqueaderos, puentes, autopistas e incluso ciclo rutas. Pero no son una simple decoración, están allí para ser respetadas y para cuidar a todas las personas que andan por todos los rincones de Colombia. EYM se compromete con esta misión, y con la misma calidad que encuentra en las bandas transportadoras, fabrica señales de tránsito que cumplan con estas funciones.

Así como nos comprometemos en la misión de crear elementos que mantengan seguros a todos los colombianos, es importante entender el origen, evolución, función e importancia de la señalización, y comencemos a respetarla en su totalidad.

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