El puente ha sido el método más efectivo para cruzar obstáculos naturales ante el tránsito humano, y su concepción data de la misma prehistoria. Originalmente estructuras simples compuestas por rocas o troncos para sortear ríos o grandes huecos, su evolución ha ido acorde con el crecimiento de la civilización.
Los puentes de arcos romanos son los primeros referentes modernos de la arquitectura e ingeniería de puentes que existen, estos usaban cemento y ladrillos, que resistían las condiciones de la naturaleza así como grandes cargas, lo que es esencial al construir una estructura adecuada.
La edad moderna y la revolución industrial traerían consigo los mayores avances de estas estructuras, introduciendo los diseños de vigas, los puentes colgantes y la aplicación del acero y el hormigón para la construcción de puentes más largos y flexibles.
Actualmente los puentes se han convertido en un símbolo de modernidad e incluso de arte o poder. Distintas estructuras poseen arcos con diseños o estatuas a sus lados, mientras otros son mega estructuras que se elevan en el panorama urbano y ofrecen soluciones al tránsito de la ciudad, como el gran paso a desnivel entre la Calle Sexta y la Avenida NQS. Además de necesitar una calzada adecuada al tránsito, es importante también revisar otros aspectos como lo son sus vigas de soporte, sus juntas de caucho y uniones para garantizar su durabilidad y sus juntas de dilatación que son las que comúnmente encontramos en los puentes de Bogotá.
Según su estructura, los puentes se pueden clasificar en:
-Vigas: Son los más sencillos, y utilizan grandes columnas en posición horizontal, ubicados bajo la calzada, que soportan el peso del puente. Son comunes como puentes peatonales o que crucen ríos pequeños o quebradas. Dado que sólo posee apoyos en sus columnas, como lo son los apoyos de neopreno, esenciales para la buena distribución de cargas entre cada una de las vigas.
-En ménsula: En este, sus vigas no sólo soportan su estructura, sino que se elevan sobre ella y permiten la construcción de entramados de hierro o acero que le den más rigidez y resistencia al puente.
-Arco: Ya sean arcos bajo la calzada, o sobre esta, los arcos actúan transfiriendo el peso del puente hacia los apoyos, ideales para terrenos estables y estructuras que necesiten rigidez y resistencia. En el caso de los arcos elevados, el peso es distribuido por medio de vigas o cables, por lo que unas buenas juntas por dilatación son esenciales para darle elasticidad y fuerza a los apoyos del arco.
-Colgantes: Estas estructuras poseen un arco invertido, formado de un gran número de cables de acero que sostienen está a través de tirantas verticales. Estos cables están conectados a vigas altas que los soportan. A pesar de verse frágiles, su resistencia es muy alta y soporta tráfico denso. Es importante que su calzada esté bien apoyada a las vigas, por lo que el slide flon para puentes es vital, aún más cuando existen altos movimientos y se necesita reducir el desplazamiento de estas.
-Tirantas: En este no sólo un cable sale de su tablero (vigas altas que soportan la estructura), sino que son varios los que soportan, en distintos puntos, el peso del puente.
Además de garantizar su duración y resistencia, es importante, sea de cualquiera de los tipos ya mencionados, que el puente le brinde seguridad a quienes transitan sobre él; esto se logra con la construcción adecuada y con una buena señalización vial, como la fabricada por Escobar y Martínez, en este mismo, así como zonas definidas para el tránsito de vehículos y peatones. Un buen puente es aquel que dura muchos años y que resista el tránsito y las inclemencias del clima, por eso cuente con E&M para asegurar la resistencia de estos.
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